miércoles, 7 de diciembre de 2011

Si él es féliz, yo también.


-Hace semanas que no nombras nada de él.
-Ya, lo sé.
-¿Y eso por qué?
-Decidí olvidarle y no seguir luchando por él.
-Pero si tú eres la primera que dice que hay que luchar por lo que uno realmente quiere.
-Ya luche lo suficiente, pero me rendí. Porque él le quiere a ella...
-Tú le amas demasiado, ¿me equivoco?
-No, no te equivocas. Por eso como le quiero tanto he preferido dejar que siga su camino.
-Pero él va a ser feliz, y tu no.
-Sí, claro que voy a ser feliz. Porque me he dado cuenta que cuando se ama de verdad eres capaz de dejar que esa persona siga su camino, y mientras él sea feliz, tú también.

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